JUAN DOMINGO PERON


El 1ro. de julio de 1974 se produce la desaparición física del Teniente General Juan Domingo Perón.

Tal vez, el más grande hombre de nuestra historia.
Del General Don José de San Martín, podemos observar, al padre de la Patria y al realizador de nuestra Independencia.
Del Brigadier General Juan Manuel de Rosas, quien nos enseñó el concepto de soberanía y plasmó a través de su gobierno la conciencia Nacional.
Del General Bartolomé Mitre, al organizador del Estado Argentino.
Del General Julio Argentino Roca, la consolidación de la política como técnica de llegar al poder y conservarlo.
De Don Hipolito Irigoyen, el carisma de un líder popular.
El General Juan Domingo Perón ha sintetizado con su obra y su prédica, todos estos valores volcándolos al servicio de la Nación y su pueblo. Incorporando además, el concepto de Justicia Social, bandera irrenunciable de todo el pueblo argentino.
Signó durante la segunda mitad del siglo 20 la política argentina, aún, después de su muerte.
No obstante su incuestionable vocación de servicio, padeció la incomprensión de propios y extraños.
Su concepto de Nación fue el legado a nuestro pueblo a través de sus banderas, que aún hoy más que nunca, marcan el sendero por donde debe transitar la República.
Soberanía política, Independencia Económica, Justicia Social.
A través de su extraordinaria intuición política y su retórica, fue capaz de construir y poner en acción un movimiento político, donde se expresaron todas las clases sociales de la comunidad.
La clase alta, media, media alta, conjuntamente con la clase trabajadora, las Fuerzas Armadas, la Iglesia Católica , todos con un hondo contenido Nacional y popular, que en lo político se expresa bajo la forma de FRENTE NACIONAL.
Su doctrina procuró obtener el equilibrio entre el progreso material y los valores espirituales.
Decía el General Perón: “Nosotros somos colectivistas, pero la base de este colectivismo es de signo individualista”. Colocaba de esta forma, al hombre, como centro de toda realización; base de su tercera posición.
El pensamiento de Perón buscó la armonía entre lo individual y lo colectivo, tratando de asegurar que el hombre tuviera asegurado el goce pleno de su libertad como sujeto social, y el Estado cumpliera con la obligación de asegurar la dignidad de todos.
A los fines de superar la paradoja del sistema Demo-Liberal-Capitalista, el General Perón instala el concepto de Democracia Social en la que el pueblo es soberano y artífice de su destino.
El General Perón nos enseñó que existen dos tipos de acontecimientos que van dando forma a una vida: los importantes y los otros.
En este sentido, nuestro mayor inconveniente surge de la improvisación casi permanente en que nos debatimos, sin planes concretos y precisiones para las futuras generaciones.
Decía el General Perón, “Que el quehacer político, solo puede adquirir vivencia cuando tiene como sustento la línea histórica”. La fuerza del pensamiento del General Perón, está en la propia naturaleza del desarrollo histórico.
Existen otras tendencias políticas que viven y actúan en el plano estrictamente político, sin la gravitación del quehacer histórico, generando éxitos políticos, los que en el tiempo y en el espacio, son éxitos fugaces.
Entre tantas enseñanzas, el General Perón le decía a los argentinos allá por el año 1973: “La concentración del capital, en pocas manos, traerá aparejado dos cosas de altísimo nivel por su trascendencia vital. Primero, la dirección y discrecionalidad del capital invertido; segundo, la aparición de grandes focos marginales”.
En esta descripción advertía sobre las consecuencias nefastas que tendrían sobre nuestros pueblos las políticas que ya desde entonces planificaban los sectores de concentración económica.
Lamentablemente, no fue escuchado por quienes lo sucedieron.
Su permanente docencia y preocupación por los intereses argentinos y latinoamericanos, se reflejaba cuando expresaba: “En la lucha por la hegemonía, no entrarán en la conversación los países pobres. Estos solo serán convidados de piedra en la organización universal que se avecina. Nada hay más urgente en este momento que la política internacional. Ya se está pensando en que el continentalismo que hoy presenciamos, se torne en una organización universalista que la reemplace y en esa organización, cada país tendrá una misión que cumplir. Si nosotros somos débiles, nos lo van a quitar todo, ¡por teléfono si es necesario!. Todos estos años sacrificados en pos del objetivo de liberarnos serán inútiles, porque si los imperialismos actuales imponen el ritmo de esa universalización, lo harán en su provecho, no en el nuestro”.
Tan sencillo y cierto como ocurrió.
Analizar el pensamiento del General Perón, es el reencuentro con lo propio. No solo transformó la realidad de su tiempo, sino que supo interpretarla y también describir sus consecuencias.

Carlos Hugo Hadad