GENERAL DON JOSE DE SAN MARTÍN


Hablar del General Don José de San Martín, exime de consideraciones generales que han sido expresadas por todos y hasta pareciera una obviedad hacer mención a tamaño hombre.
Sin embargo, ante la difícil situación por la que atraviesan nuestros pueblos, una revaloración de nuestros próceres ayuda a comprender nuestro presente y proyectarlo hacia el futuro.
Podríamos afirmar que su formación militar fue sustentada por sólidas bases políticas.
Creyó en la Democracia Popular, cimentada por un profundo carácter revolucionario que lo trajo a América para continuar aquí, la lucha contra el absolutismo.
Llegó al Plata y luego Chile y en ambos pueblos procede como jefe de un ejército Latinoamericano.
Fue gobernador en Mendoza nombrado el 14 y reconocido el 29 de enero de 1814 por el Cabildo de la entonces provincia de Cuyo.
Su actividad política lo ubica continuando los preceptos revolucionarios de mayo sustentado en el plan de operaciones del Dr. Mariano Moreno, fomentando políticas educativas, con la creación de escuelas; la agricultura y la industria, importando nuevas cepas y trayendo al país expertos europeos a fin de mejorar la calidad de vinos y licores cuyanos.
Creó un sistema impositivo más justo e inédito hasta entonces, pagando más, los que más tenían.
Para San Martín al igual que Moreno, la revolución es todo. Expropia tierras y maquinarias, generando recursos para la creación de la gran empresa que significó el Ejército de los Andes y liberar así al continente de la opresión colonialista.
Ropa, ollas, mulas, caballos, joyas, alimentos y hasta sus sueldos fueron donados por el glorioso pueblo cuyano, constituyendo la mejor prueba de confianza hacia su gobernante y su causa.
Debió enfrentar la política centralista de Buenos Aires encarnada en Rivadavia, con el control de la renta aduanera, subordinada al capital extranjero dando la espalda al plan libertador del General San Martín, quien ante la epopeya de liberación del Alto Perú, queda desamparado producto de una política mezquina inspirada por ideólogos mercantilistas (luego unitarios), ajena a la causa americana, que sería el comienzo de nuestra dependencia.
Es indudable, que de haber recibido el apoyo de Buenos Aires, no habría necesitado de Bolivar, con lo cual hubiese sido otra la suerte de las provincias del Alto Perú y nuestro destino posterior.
Su lucidez política lo enfrenta nuevamente a las exigencias porteñas al rechazar la orden de reprimir con el ejército de los Andes, a los caudillos federales del litoral.
“Mi sable jamás se sacará de la vaina por opiniones políticas, como estas no sean en favor de los españoles o su dependencia”, les expresaba a Artigas y Estanislao López en 1819, en oportunidad de iniciarse las luchas civiles entre los caudillos federales y la política directorial de Buenos Aires, ofreciéndose personalmente a promover la pacificación de las fuerzas en pugna, “como un ciudadano interesado en la felicidad de América” le escribiría a O’higgins a quien propone como mediador y a “tomar parte activa, a fin de emplear todos los medios conciliativos que estén a mi alcance para cortar una guerra que puede tener la mayor trascendencia a nuestra libertad”.
Ante el penoso desarrollo de la guerra civil, producto de la prepotencia porteña mediante SU constitución unitaria y el control del puerto y la aduana en desmedro del interior del país, el General San Martín desobedece la orden impartida por el Director Supremo, Gral. Rondeau, de reprimir a los caudillos federales, evitando de ese modo participar en la lucha fraticida y con clara visión política, continúa con su plan continental dando rumbo a la revolución a favor de la independencia de América y su felicidad.
Su desobediencia, garantizó la libertad de Chile y Perú.
El iluminismo rivadaviano y sus socios probritánicos, jamás se lo perdonarían.
Tan grande fue su figura y su obra que inclusive desde la historia oficial, tan vinculada a aquellos intereses con los que debió enfrentarse el Libertador, describe este hecho, y es el General Mitre que dice: “Dado que la presencia del Ejército de los Andes, al intervenir en la guerra civil, hubiese podido influir en el éxito de las batallas, es seguro que se habría gastado, aun triunfando, en una contienda cuyo resultado debía ser la ruina del país y el aniquilamiento de sus fuerzas militares, políticas y sociales”. Y continua Mitre definiendo rotundamente que “ni las armas podían extirpar las raíces que alimentaban la lucha, ni privar a las fuerzas de la democracia semibárbara (caudillos federales) de la ventaja del número, del espacio y del tiempo, que estaban de su parte, además de la razón que la asistía como hecho vivaz y la que le daban los deplorables errores políticos de los mandatarios legales”.
La batalla de Cepeda, dará el triunfo a los caudillos federales, y la desaparición del poder del directorio encarnado en Rondeau. No existe ya un poder nacional.
El acta de Rancagua, ratificará por parte de los oficiales y jefes del Ejército de los Andes, al General San Martín como única conducción militar y política de quienes continuarían con su gesta inigualable de liberación.
Concluida su misión de liberación continental y retirado de la conducción del Ejército libertador, intenta regresar a su tierra al conocer la caída de Rivadavia y participar en la política institucional del país.
Al hacer escala en Río de Janeiro se entera de la revolución unitaria del 1ero. de diciembre de 1828 y decide llegar hasta Montevideo, donde se informa del fusilamiento del Coronel Dorrego.
A O’higgins le escribe al respecto. “Los autores del movimiento del 1ero son Rivadavia y sus satélites y a usted le consta los inmensos males que estos hombres han hecho no solo en este país, sino al resto de la América con su infernal conducta; si mi alma fuese tan despreciable como las suyas, yo aprovecharía esta ocasión para vengarme de las persecuciones que mi honor ha sufrido de estos hombres, pero es necesario enseñarles la diferencia que hay en un hombre de bien a un malvado”.
Su presencia en el Río de la Plata provoca inquietud en el nuevo gobierno unitario por el desprecio y desconfianza que siempre les había generado el libertador. El ministro Díaz Velez, el General Paz y la prensa oficialista, se encargan de descalificar al padre de la Patria que, ante la posibilidad de ser asesinado, resuelve regresar definitivamente a Europa.
Desde su exilio forzado observa y estudia los procesos revolucionarios en el viejo continente y las consecuencias que este depararà a América.
La libertad de los pueblos, sigue siendo su bandera que continúa enarbolando, cuando censura duramente a aquellos que por enfrentarse al Brigadier General Juan Manuel de Rosas apoyan las escuadras francesas e inglesas que intentaron conquistar la Confederación Argentina en el Río de la Plata.
En correspondencia que le dirige a Rosas desde Gran Bourg del 10 de junio de 1839 en referencia al conflicto le expresa: “lo que no puedo concebir es el que haya americanos que por un indigno espíritu de partido se unan al extranjero para humillar su Patria y reducirla a una condición peor que la que sufrimos en tiempo de la dominación española; una tal felonía ni el sepulcro la puede hacer desaparecer”.
A Rosas le entregará su sable que lo acompañó en toda la guerra de la independencia de la América de Sud, como reconocimiento a la “firmeza con que ha sostenido en honor de la República” contra las fuerzas extranjeras.
Hoy a ciento cincuenta y cuatro años de la muerte del General San Martín, su evocación nos permite el reencuentro con lo propio.
No solo liberó con sus armas a la América del Sud, sino que además nos legó con su ejemplo y sus políticas el camino permanente por donde debe transitar la Patria.


CARLOS HUGO HADAD



Bibliografía consultada:

Historia de San Martín – Bartolomé Mitre (t.2)
Historia Argentina – José Maria Rosa (t.3)
Revolución y contrarrevolución – Jorge A. Ramos (vol. 1)
Documentos – Norberto Galasso.
Correspondencia Rosas-San Martín – Fermín Chavez


San Martín y Artigas – Rene Orsi.

JUAN DOMINGO PERON


El 1ro. de julio de 1974 se produce la desaparición física del Teniente General Juan Domingo Perón.

Tal vez, el más grande hombre de nuestra historia.
Del General Don José de San Martín, podemos observar, al padre de la Patria y al realizador de nuestra Independencia.
Del Brigadier General Juan Manuel de Rosas, quien nos enseñó el concepto de soberanía y plasmó a través de su gobierno la conciencia Nacional.
Del General Bartolomé Mitre, al organizador del Estado Argentino.
Del General Julio Argentino Roca, la consolidación de la política como técnica de llegar al poder y conservarlo.
De Don Hipolito Irigoyen, el carisma de un líder popular.
El General Juan Domingo Perón ha sintetizado con su obra y su prédica, todos estos valores volcándolos al servicio de la Nación y su pueblo. Incorporando además, el concepto de Justicia Social, bandera irrenunciable de todo el pueblo argentino.
Signó durante la segunda mitad del siglo 20 la política argentina, aún, después de su muerte.
No obstante su incuestionable vocación de servicio, padeció la incomprensión de propios y extraños.
Su concepto de Nación fue el legado a nuestro pueblo a través de sus banderas, que aún hoy más que nunca, marcan el sendero por donde debe transitar la República.
Soberanía política, Independencia Económica, Justicia Social.
A través de su extraordinaria intuición política y su retórica, fue capaz de construir y poner en acción un movimiento político, donde se expresaron todas las clases sociales de la comunidad.
La clase alta, media, media alta, conjuntamente con la clase trabajadora, las Fuerzas Armadas, la Iglesia Católica , todos con un hondo contenido Nacional y popular, que en lo político se expresa bajo la forma de FRENTE NACIONAL.
Su doctrina procuró obtener el equilibrio entre el progreso material y los valores espirituales.
Decía el General Perón: “Nosotros somos colectivistas, pero la base de este colectivismo es de signo individualista”. Colocaba de esta forma, al hombre, como centro de toda realización; base de su tercera posición.
El pensamiento de Perón buscó la armonía entre lo individual y lo colectivo, tratando de asegurar que el hombre tuviera asegurado el goce pleno de su libertad como sujeto social, y el Estado cumpliera con la obligación de asegurar la dignidad de todos.
A los fines de superar la paradoja del sistema Demo-Liberal-Capitalista, el General Perón instala el concepto de Democracia Social en la que el pueblo es soberano y artífice de su destino.
El General Perón nos enseñó que existen dos tipos de acontecimientos que van dando forma a una vida: los importantes y los otros.
En este sentido, nuestro mayor inconveniente surge de la improvisación casi permanente en que nos debatimos, sin planes concretos y precisiones para las futuras generaciones.
Decía el General Perón, “Que el quehacer político, solo puede adquirir vivencia cuando tiene como sustento la línea histórica”. La fuerza del pensamiento del General Perón, está en la propia naturaleza del desarrollo histórico.
Existen otras tendencias políticas que viven y actúan en el plano estrictamente político, sin la gravitación del quehacer histórico, generando éxitos políticos, los que en el tiempo y en el espacio, son éxitos fugaces.
Entre tantas enseñanzas, el General Perón le decía a los argentinos allá por el año 1973: “La concentración del capital, en pocas manos, traerá aparejado dos cosas de altísimo nivel por su trascendencia vital. Primero, la dirección y discrecionalidad del capital invertido; segundo, la aparición de grandes focos marginales”.
En esta descripción advertía sobre las consecuencias nefastas que tendrían sobre nuestros pueblos las políticas que ya desde entonces planificaban los sectores de concentración económica.
Lamentablemente, no fue escuchado por quienes lo sucedieron.
Su permanente docencia y preocupación por los intereses argentinos y latinoamericanos, se reflejaba cuando expresaba: “En la lucha por la hegemonía, no entrarán en la conversación los países pobres. Estos solo serán convidados de piedra en la organización universal que se avecina. Nada hay más urgente en este momento que la política internacional. Ya se está pensando en que el continentalismo que hoy presenciamos, se torne en una organización universalista que la reemplace y en esa organización, cada país tendrá una misión que cumplir. Si nosotros somos débiles, nos lo van a quitar todo, ¡por teléfono si es necesario!. Todos estos años sacrificados en pos del objetivo de liberarnos serán inútiles, porque si los imperialismos actuales imponen el ritmo de esa universalización, lo harán en su provecho, no en el nuestro”.
Tan sencillo y cierto como ocurrió.
Analizar el pensamiento del General Perón, es el reencuentro con lo propio. No solo transformó la realidad de su tiempo, sino que supo interpretarla y también describir sus consecuencias.

Carlos Hugo Hadad

JUAN MANUEL DE ROSAS


El 30 de marzo de 1793, nace en Buenos Aires Juan Manuel de Rosas.

Su nombre completo fue, Juan Manuel José Domingo Ortiz de Rozas, que modifica durante su juventud.
Gobierna la Provincia de Buenos Aires a propuesta de la Legislatura bonaerense y por voluntad de su pueblo, durante los períodos 1829-1832, y posteriormente desde 1835 hasta su derrocamiento en 1852.
La actuación política de Rosas llevada a cabo en un estado de conmoción interna y agresión externa propiciado por las potencias coloniales de entonces, está sujeta a controversias como lo están los hechos que tienen que ver con los tiempos del nacimiento de la Patria. No obstante no se puede prescindir del reconocimiento de su obra.
A partir del primer período de su gobierno, propició en el año 1831, el Pacto Federal con las provincias litoraleñas, como primer intento de unidad Nacional y que fuera base de la futura Constitución Nacional de 1853.
Durante los años 1833-34, inicia la “Campaña del desierto” ampliando las fronteras de la provincia de Buenos Aires, sellando la paz con el indio, fundando ciudades que serían nuevos hitos para el desarrollo del progreso, tal el caso de Tandil y Cruz de Guerra (hoy 25 de Mayo).
Se abrió el camino a Bahía Blanca, base de futuros pueblos, llegando hasta Río Negro.
En su campaña, acompañado por Facundo Quiroga, Félix Aldao y el General Pacheco, regularizó los límites internos entre las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza.
Al asumir nuevamente en 1835 como gobernador de Buenos Aires, los pactos interprovinciales le confieren el manejo de las relaciones exteriores de la Confederación a Buenos Aires, lo que le permite ejercer gran parte de la conducción del país, con el apoyo de los gobiernos del interior.
La unidad Nacional, que ha sido meta y guía del pueblo y sus jefes a través de la historia, encuentra en Rosas el primer ejecutor. Ataca así, el gran problema argentino desde sus bases. Buenos Aires con Rosas, encarna la Nación.
Se consolida la identidad Nacional, la soberanía y las primeras muestras de justicia social, expresada por la ley de aduanas, que recarga desde un 5 hasta un 50% los productos importados, promoviendo la integración territorial mediante el desarrollo de la economía y el comercio de los pueblos del interior.
Su gobierno y su obra merecen el respeto y reconocimiento de las grandes mayorías populares. Lo acompañan entre otros, Felipe Arana, Pedro De Angelis, Tomas de Anchorena, el Almirante Brown, el General Pacheco.
Entre sus embajadores, el General Guido, Sarratea, Manuel Moreno, el Gral Alvear, aportan compromiso y calidad a la gestión del gobierno de la Confederación Argentina.
Desde la oposición, es Sarmiento que en su recordado “Facundo” dirá: “Y debo decirlo, en obsequio a la verdad histórica, nunca hubo gobierno más popular, más deseado, ni más bien sostenido por la opinión”.
En la administración de los fondos públicos, jamás se consideró investido con la suma del poder.
Despacha personalmente todos los asuntos de la administración y ejerce un estricto control sobre todos los gastos, hasta los más insignificantes.
Combatió no solo el crimen, sino las malas costumbres, los juegos prohibidos y la falta del cumplimiento del deber.
Su gran capacidad de trabajo fue sustentada por la austeridad y la honestidad; reconocida aún por sus enemigos.
Entre su bibliografía, saqueada luego de caseros, figuraban tratados sobre navegación, diplomacia, ciencias de gobierno, economía política, derecho público y recopilación legislativa de los Estados Unidos e Inglaterra. Obras indispensables para un gobernante.
La universidad, la ciencia, la cultura tuvieron durante los años de gobierno de Rosas, vital importancia y desarrollo para la época.
Entre los años 1830 y 1850, fueron formados y egresados hombres que a poco de recibidos, se transformaron en enemigos implacables del sistema federal y su jefe, como Juan María Gutierrez, Juan B. Alberdi, Nicolás Avellaneda, Carlos Tejedor, Mármol, Rivera Indarte, Pastor Obligado, Elizalde, Luis Sáenz Peña, Marcelino Ugarte, Muñiz.
Ejercieron la docencia, entre otros,doctores como Montes de Oca y Cosme Argerich.
No obstante, debió enfrentar la política unitaria de reconquista del control aduanero, sabiendo que era la principal herramienta de dominación en sus manos, como herramienta de liberación en manos Federales rosistas.
Fue jaqueado por la agresión interna a través de conflictos en el Norte, como así también expediciones sobre Buenos Aires encabezados por hombres de la talla de los generales Juan Lavalle y José María Paz.
Soportó la agresión externa de dos bloqueos Anglo-Franceses aliado con el partido antinacional (unitario) exiliados en el Uruguay, quienes se oponen a la política rosista de protección del mercado interno y a la paz social, bases estas que generan la unidad Nacional posible. Resistió y venció.
Recibe del General San Martín, el reconocimiento por la defensa de la soberanía nacional.
Para culminar la infamia y la traición, se constituye el autodenominado “Ejercito Grande” que lo derroca en febrero de 1852 en caseros, y lo expulsa del poder ocupando la ciudad-puerto.
Fué este hecho tal vez, y el componente de ese “ejército” comandado por Urquiza, la síntesis del frente antinacional integrado por el ejercito brasileño, encuadrado por oficiales prusianos, los exiliados unitarios montevideanos y la caballería entrerriana. Inglaterra, motorizó los acuerdos y juntó a los aliados.
Se estructuró así, la oposición a la política Nacional, con los elementos que nuestra historia bien conoce: el grupo de traidores del seno del pueblo; los intereses extranjeros y la cipayería nativa, que son quienes, usufructúan los hechos.
Con Rosas en el destierro, sus enemigos comenzaron la tarea de desprestigio contra su obra y su persona. La legislatura lo acusa y lo condena cruelmente, proponiendo entre otras resoluciones la confiscación de todos sus bienes adquiridos antes de ser llamado al gobierno.
El General Guido, amigo y confidente del General San Martín, al oponerse, expresa: “Si el General Rosas ha hecho mal uso de la suma del poder, si a consecuencia de ésta algo hay que castigar, sería responsable no solo el general Rosas, sino la Junta de Representantes y toda la Provincia que expresa o individualmente le confirió ese poder, y toda la Nación que lo sostuvo con sus propias fuerzas y aún le estimuló con vivas y prolongados aplausos. ¿ y quién va a ser el acusador, quién el juez, en este juicio que bien podría llamarse juicio universal?.”
Juan Bautista Alberdi, años después, reconocerá públicamente su noble arrepentimiento al escribir: “El disgusto de haber combatido su gobierno, precursor de la libertad”.
Recordar a Rosas, es reencontrarse con los sentimientos más genuinos y profundos de la Nación Argentina desde su nacimiento mismo.
De una Argentina Soberana e independiente, valores irrenunciables para los argentinos de bien.
Bibliografía consultada: Biografía de Rosas-Manuel Gálvez
Iconografía de Rosas-F. Chávez
Rosas y su tiempo-Ramos Mejía.

Carlos H. Hadad

EVA PERON

“Todo lo que soy, todo lo que tengo, todo lo que hago, todo lo que haré, todo lo que pienso, todo lo que poseo, no me pertenece: es de Perón, porque él me lo dio todo. Yo no he hecho nada; todo es Perón. Perón es la Patria, Perón es todo.”

Evita.En un nuevo aniversario de la muerte de Eva Perón, recordar sus obras y mensajes, es la mejor manera de hablar de Evita.Nació en el año 1919 en la ciudad de Los Toldos, pueblo de la pampa Argentina cuyo nombre hace referencia al tipo de vivienda (las tolderías) que usaban los indios que vivieron por esas zonas.Su carácter, dicen, fue el reflejo de ese ámbito indómito y soberbio que infunde como en los hijos de estas tierras, el ánimo de libertad, coraje y justicia. El amor por lo propio.Su amor por el General Perón, y el convencimiento en el proyecto político de su esposo coincidieron con su “opción preferencial por los más necesitados”.La Fundación que llevó su nombre y atendió personalmente, llevó a cabo realizaciones hasta hoy inigualables.Cuatro policlínicos modelos en Avellaneda, Lanus, Ezeiza y Catamarca.Hogares de tránsito para mujeres solas o con hijos, con trabajo, asistencia médica, vestimenta y demás servicios.Hogar para ancianos, seis en Buenos Aires, Tucumán y Córdoba.Hogar escuela: veinte mil en todo el país para niños de entre 4 y 12 años.Ciudad infantil La Plata, ciudad universitaria Buenos Aires, Córdoba y Mendoza.Complejo turístico en Río 3ero. Córdoba, Chapadmalal y Mendoza.Reparto de juguetes, libros y ropa para más de tres millones de niños en todo el país.“Me lo hubieran permitido el protocolo, las costumbres de nuestro país, la línea del menos esfuerzo, la inercia, la vanidad, la satisfacción, el prurito de ignorar estando arriba, aquello que está abajo, fuera de la pupila. Nadie me hubiera recriminado ser solo la esposa del General Perón, confundiendo mis deberes sociales. Pero me lo hubiese impedido el corazón. Me lo hubiese impedido el ejemplo de una conducta inflexible. Me lo hubiese recriminado, diariamente, esa pasión de trabajo, esa fe iluminada, y esa permanente inquietud por su pueblo, que caracteriza al General Perón. Por eso, seguiré junto al que sucumbe. Por eso compañeras, mi acción social irá ensanchándose, en la medida que se ensanchan las heridas y las necesidades de ese noble y cálido pueblo de cuyo seno he salido.”“ No tengo otra vanidad, ni otra ambición, que sea: servir, ser útil, volcarme en la inquietud de cualquiera de los millones de mujeres, que ahora poseen un claro sentido de su deber y una noción real de sus derechos.”El voto femenino cristalizado a través de la ley 10.013, fue un logro casi exclusivamente suyo, permitiendo a la mujer no solo el derecho a votar, sino también el protagonismo político como actor directo en la nueva Argentina de Perón.En su “pensamiento vivo”, con un profundo contenido Justicialista expresaba: “Yo no hago cuestión de clases. Yo no auspicio la lucha de clases, pero el dilema nuestro es muy claro.”“Para que no haya lucha de clases, yo no creo como los comunistas que sea necesario matar a todos los oligarcas del mundo. No. Porque seria cosa de no acabar jamás, ya que una vez desaparecidos los de ahora tendríamos que empezar con nuestros hombres convertidos en oligarcas, en virtud de la ambición, del dinero o del poder.”“Todo explotador es enemigo del pueblo.”“El camino es convertir a todos los oligarcas del mundo: hacerlos pueblo…de nuestra clase y de nuestra raza. Haciéndolos trabajar, para que integren la única clase que reconoce Perón, la de los que trabajan.”“Cuando todos sean trabajadores, cuando todos vivan del propio trabajo y no del trabajo ajeno, seremos todos más buenos, más hermanos y la oligarquía será un recuerdo amargo y doloroso para la humanidad.”Como diría el padre Benítez, su confesor: “Evita caminaba en el sendero de Dios”.El 26 de julio de l952, muere a los treinta y tres años.Que su obra siga siendo política; que no quede arrinconada en el desván de la historia, es responsabilidad de todos.
Carlos H. Hadad

24 de Febrero de 1946


El 24 de febrero de l946 se realizaron elecciones generales en la República Argentina.


Se enfrentaron dos modelos claramente definidos en la historia del país.
Por un lado, la coalición liberal. En torno a la denominada Unión Democrática confluyen la Unión Cívica Radical, conservadores, socialistas y el Partido Comunista, contando con el apoyo económico de diversas fuerzas empresarias vinculadas a la oligarquía terrateniente y la unanimidad de la prensa Nacional.
Fue su ideólogo, el Embajador de los Estados Unidos en Argentina, Spruille Braden, con las candidaturas de José Tamborini y Enrique Mosca.
Enfrente, la fórmula Juan Domingo Perón-Jazmín Hortensio Quijano, sostenida por el Partido Laborista fundado por Cipriano Reyes y el coronel Mercante, un desprendimiento de la UCR (Junta Renovadora) de donde proviene Quijano y el Partido Independiente que aporta hombres como Héctor J. Cámpora y Alberto Tesaire.
Cuentan con el apoyo de los trabajadores organizados, auténtica fuerza de la nacionalidad que expresaban a través de Perón, la posibilidad de construir una Nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.
La fórmula Perón-Quijano obtuvo 1.479.517 votos y la de Tamborini-Mosca 1.220.822; no existía el voto femenino. Perón se alzaba con el 55% del total de los votos. El Partido Laborista conseguía 100 bancas en la Cámara de Diputados, la UCR 44, los conservadores, 2.
En el Senado Nacional, los partidarios de Perón tenían 26 bancas y los independientes 2
Los peronistas ganaron todas las gobernaciones provinciales.
Por primera vez en muchos años, el país vota sin fraude. El elogio del acto cívico es general. Hasta el New York Time diría: “El coronel Perón sube al poder con el mayor número de votos electorales que cualquier otro argentino de años recientes. Tendrá gran mayoría en el Congreso. Sus partidarios ganaron las gobernaciones de las 14 provincias. Sea o no de nuestro agrado y de aproximadamente el 45% de los votantes argentinos, el coronel Perón ha sido elegido por el término de seis años y aparentemente (sic) por el voto libre y honesto del pueblo” (¡!).
A sesenta años de aquel hecho trascendente en la vida política e institucional de la República, podríamos reafirmar que el mismo fue la respuesta política a las condiciones sociales, económicas y culturales imperantes en la Nación; dando inicio a una etapa insuperable en realizaciones y crecimiento de la Patria, como así también, a la felicidad de su pueblo.
Por entonces, Perón les diría a los muchachos: “Lo nuestro ya ha entrado en el Pueblo. Sigan ustedes con el trabajo”.
AUDIO: JURA PERON
Carlos H. Hadad

El 17 de Octubre de 1945


Desde muy temprano se concentran en las esquinas de la ciudad de Buenos Aires, grupos de obreros con banderas argentinas y estribillos de “ Perón-Perón “ convergiendo hacia la Plaza de Mayo. Los puentes sobre el riachuelo, han sido levantados para impedir el paso de los trabajadores que desde Avellaneda, Beriso, La Plata y Ensenada, intentan llegar hasta la casa de gobierno en apoyo de su líder.
Se comenta que Perón ha sido alojado en el Hospital Militar Central con una inflamación de pleura. Ya por la tarde, la plaza de Mayo es rebalsada por la multitud que pide por el coronel. Son hombres, mujeres y niños en un grito unánime que retumba en el aire.
Ante el reclamo de la muchedumbre, el gobierno ordena ir a buscar al coronel al Hospital Militar, donde se ha congregado también, una inmensa cantidad de gente que viva a Perón.
Cerca de la media noche aparece en los balcones de la casa de gobierno el coronel Perón. La multitud lo saluda y encienden antorchas iluminando la noche de la ciudad.
Por fin se oye la voz del hombre, “Es esta una verdadera fiesta de la democracia, representada por un pueblo que marcha a pie para que se cumpla con el orden de salvar el derecho del verdadero pueblo. Sé que se habían anunciado movimientos obreros. No existe ya causa por ello. Como hermano mayor les pido que retornen tranquilos a su trabajo, que regresen a sus casas, y, por esta vez ya que pude decirlo antes como Secretario de Trabajo y Previsión, les pido que hagan un día de paro festejando la gloria de esta reunión de hombres de bien y de trabajo, que son la esperanza mas pura y cara de la patria”.
Cuando la multitud le preguntaba dónde había estado todas estas horas, él respondió: “Eso no importa. Ya paso. Ahora debemos mirar para adelante”. Y concluyó diciendo: “ Solo les pido que se queden unos minutos más en esta plaza, para grabar en mis ojos y en mi corazón este espectáculo inolvidable para que me sirva de apoyo en los días que vendrán”.
De esta forma, sintética, se puede describir este acontecimiento histórico en la vida de la república, como bisagra entre aquella colonia próspera y cipaya y el renacimiento de una Nación soberana sustentada en los derechos sociales, laborales y los de la familia rescatando la dignidad del pueblo.
Podemos preguntarnos y reflexionar acerca de lo que significó el 17 de octubre de 1945.
Raúl Scalabrini Ortiz lo definió maravillosamente como “el subsuelo de la patria sublevado”.
Significó además, la transformación de masa a pueblo de los trabajadores argentinos y su organización, ya que para Perón la génesis de la cultura, está en el trabajo.
El 17 de octubre, integró la tradición heredada de la hispanidad, convirtiéndose en escuela de realismo, conciencia y cultura para aquellos que se incorporaron al cause histórico sobre la base de la identidad.
Comprendiendo que sin la memoria del pasado, es imposible construir el futuro.
El 17 de octubre, significó la democracia social integrada, tomando al hombre como eje de los valores éticos y morales del bien común. Significó además, la defensa Nacional; la Independencia económica, la soberanía política y la justicia social.
El voto de la mujer, los derechos de la educación y la cultura incluidos en la Constitución Nacional de 1949.
El 17 de octubre, también fueron Jauretche, Scalabrini, Discepolo, Manzi, Marechal, Hugo del Carril, Cátulo Castillo, Ernesto Palacio, José María Rosa, Nelly Omar, Ramón Carrillo, Julián Centeya, el Dr. Finochietto, Manuel Galvez, Rene Orsi, Juana Larrauri, el Dr. Pedro Cossio, John W. Cooke, Pedro Maratea, Domingo Liotta, Arturo Sampay, Stafforini, Vicente Sierra, Leonardo Favio, Juan Carlos Gene, el Padre Mujica…Evita.
El 17 de octubre, seguramente estuvieron presentes, los espíritus de Mariano Moreno, San Martín, Belgrano, Dorrego, Rosas, Facundo, Estanislao López, Francisco Ramírez, Artigas…Don Hipólito.
El 17 de octubre, “afirma la Nación como un destino que se clarifica y al estado como una conciencia histórica que permite la articulación entre la Patria eterna y el quehacer político impostergable y cotidiano”. (1)
El 17 de octubre significó, el protagonismo de un pueblo en la construcción de una Nación soberana.
El 17 de octubre fue y es, el amor entre ese pueblo y su jefe, que no termina.


Carlos Hugo Hadad



(l) Carlos Dissandro.

HIPOLITO YRIGOYEN


Don Hipólito Yrigoyen, caudillo co-fundador de la Unión Cívica Radical; dos veces presidente de la Nación elegido a través del sufragio universal en l9l6 (inaugurando la Ley Saenz Peña) y en l928.

Durante lustros se abstuvo junto a su partido, a participar de los distintos fraudes electorales que imponía el régimen al que se opuso tenazmente, hasta arrancarle la Ley electoral que permitió la participación popular, transformando y consolidando el sistema republicano.
Sus gobiernos fueron independientes de los intereses de los imperialismos de turno, a los que enfrentó en defensa de la soberanía Nacional.
Don Hipólito, “el peludo”, representó los anhelos y las angustias de las masas excluidas de la vida política y social de la República.
Fue el cambio de una política de violencia, a la de una amplia libertad del sufragio, por lo que había destinado su vida con inquebrantable decisión y constancia.
No solo incorporó a la vida política Nacional a las nuevas capas sociales que expresaban su compromiso y preocupación por los problemas obreros; establece además, la conservación del patrimonio Nacional.
En lo que respecta a la explotación del petróleo, toma medidas que permiten preservar nuestras reservas.
Yacimientos Petrolíferos Fiscales, tenía en diciembre de l916 un déficit de $ 317.000.=, y en Agosto de 1920, un superávit de 17 millones de pesos.
De los ferrocarriles, elimina tarifas abusivas; anula concesiones vencidas y crea líneas del Estado con nuevos ramales ínter cordilleranos, como en Zapala, lo que promueve la producción Nacional, y restablece nuestra independencia económica.
Su política de neutralidad durante y después de la guerra mundial, marcaron el carácter y la decisión de una Nación soberana mereciendo el respeto internacional y el reconocimiento, en especial, de los Estados Sudamericanos.
Por primera vez desde Rosas, el presidente hablaba como jefe de una Nación libre y decidida a seguir siéndolo.
En educación, su política posibilitó a la República la construcción de 3.200 nuevas escuelas primarias en todo el territorio Nacional, incrementando la población estudiantil a cuatrocientos mil alumnos.
Se redujo el alfabetismo del 20% al 4% en todo el país.
Durante 1920, reglamenta la jubilación para empleados y obreros de empresas que prestaban servicios públicos como gas, teléfono, luz y telégrafos.
Produce un aumento general de salarios y reduce la jornada de trabajo a ocho horas diarias.
Creó el Banco de la República para la regulación financiera e intervino en la economía, siempre en defensa de los más débiles.
Un golpe militar, apoyado por conservadores y socialistas, lo derrocaron el 6 de septiembre de l930, inaugurando la década infame.
Al momento de su derrocamiento, el producto bruto de nuestro país era el 50% del de toda América latina y el doble que el del Brasil.
Don Hipólito Yrigoyen había nacido en un hogar humilde del barrio porteño de Balvanera un 12 de julio de 1852.
Fueron sus padres Martín Yrigoyen y Marcelina Alem.
Político en toda su dimensión, poseedor de grandes dotes de persuasión personal. Perteneciente a la tradición de la independencia y el honor, y a la fe en el pueblo.
De cuna Federal, supo interpretar en su accionar como heredero de Alem, el gran Movimiento Nacional que alzaba como bandera la reivindicación de los derechos de los ciudadanos.
Carlos H. Hadad